Si bien el desarrollo de esta función superior, que nos diferencia de las otras especies, se da en forma innata, existen muchos niños que presentan dificultades en su desarrollo, ya sea porque no comprenden bien el lenguaje de los otros o bien porque no logran expresarse de manera de ser comprendidos en forma adecuada.
Los trastornos específicos del lenguaje (TEL), forman parte de los trastonos del desarrollo de los niños y las estadísticas muestran que se presentan en uno de cada cuatro de ellos, teniendo mayor incidencia en los varones y mayor presencia en grupos sociales de escasos recursos. Se dan sin que exista una patología de base, como un déficit intelectual, hipoacusia o daños en los órganos fonoarticulatorios y se diferencian en "TEL expresivo", cuando sólo afectan el área verbal y "TEL mixto" cuando están comprometidas tanto la comprensión como la expresión.
En los TEL se observa que en general el niño puede decir los sonidos en forma aislada, sin embargo al momento de combinarlos en una palabra u oración, surgen las dificultades y aparecen las simplificaciones o eliminación de sílabas de manera de poder expresarse con estructuras que para él sean posibles.
Por ejemplo con la palabra auto, si le pedimos al menor que diga cada sonido en forma aislada, lo más probable es que lo haga muy bien. Al pedirle que la diga completa puede decir algo como: "a_to", es capaz de decir la u (no hay problema con el sonido) es la unión de ellos lo que se ve afectado...
Existen diversas escalas que permiten evaluar y diagnosticar cuál es el tipo de TEL que el niño tiene, adaptadas y validadas para nuestra realidad. Es importante diferenciar los trastornos del lenguaje de aquellos que sólo comprometen el habla, las llamadas Dislalias, que se caracterizan por la dificultad que puede presentar un niño en la articulación de algún fonema o grupo de ellos, y que ocurre en forma sistemática, por ejemplo: el fonema "erre", "s", etc.
Es muy importante tratarlos, estimular las habilidades que tienen para que logren superar estas dificultades y puedan compartir con sus pares de igual a igual, la experiencia demuestra que aquellos niños que no han recibido un tratamiento presentan luego dificultades en otras áreas del aprendizaje como la lecto-escritura.
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